ORACIONES DEL CRISTIANISMO MÍSTICO

viernes, 25 de marzo de 2011

El supremo objetivo del equilibrista


EL SUPREMO OBJETIVO DE TODO EQUILIBRISTA ES LA TRASCENDENCIA DE SU PERSONALIDAD EGOÍSTA PARA ASÍ LOGRAR EL MÁXIMO GRADO DE PERFECCIONAMIENTO ESPIRITUAL DE TAL MANERA QUE PUEDA ASPIRAR A LA UNIÓN DIVINA. Este enorme y maravilloso supra objetivo, contiene en forma intrínseca el deber de contribuir aunque sea minúsculamente, con el perfeccionamiento de la humanidad, para lo cual, resulta obvio  que primero yo debo iniciar un camino espiritual de perfeccionamiento, y en la medida de mi progreso, podré transmitir ese avance o adelanto hacia mis congéneres. Así como una empresa exitosa establece en su modelo de planificación estratégica, las definiciones de su MISIÓN y de su VISIÓN (que engloban los fines últimos de la misma), y las cuales son expuestas con mucho orgullo a sus clientes y empleados, así también, un equilibrista tiene que establecer su misión y su visión. La forma en que cada equilibrista redacte ambos conceptos es secundario, lo primario es el sustento de ellos. En el caso de la MISIÓN, la idea fundamental es la trascendencia con miras al perfeccionamiento, o desenvolvimiento, o desempeño, o adelanto espiritual del alma, con el fin de que el equilibrista se convierta en un instrumento de Dios para hacer el bien a sus congéneres, con todo el sacrifico que ello implica.

En el caso de la visión, la idea fundamental es el logro -posterior a la muerte- de una existencia espiritual muchísimo más gratificante y cercana al Poder Superior (la UNIÓN DIVINA).

Hay una frase célebre de Goethe que dice así: "Nadie se ha perdido aún en un camino recto". Un equilibrista que cuente con una misión y visión debidamente establecidas, definidas e internalizadas, nunca podrá perderse en el camino que sigue, porque es un camino recto. Ya que mencioné el tema del modelo de la planificación o planeación estratégica, muy utilizado en la disciplina de la Administración, también es importante indicar que además de la misión y de la visión, el equilibrista puede definir algunos objetivos importantes que deben alcanzarse antes de llegar al cumplimiento de la misión, así como también, es imperativo establecer la estrategia, los medios y los insumos para culminar con toda la planificación. Dentro de los insumos más importantes, se encuentran la vocación espiritual y la voluntad purificada. Me parece que conocer la definición del vocablo VOLUNTAD (tomada del diccionario) es algo fundamental es este momento, dada la preponderancia que tiene la voluntad en el camino de la perfección espiritual: Facultad, capacidad de determinarse a hacer o no hacer algo. Energía, capacidad, firmeza con la que se ejerce esta facultad.

Cuando hemos llegado al punto discriminar diáfanamente entre superación ascética-espiritual y superación material-personal, de sentir pasión por las virtudes, de estar dispuestos a empobrecernos voluntariamente y en una pequeña medida, con tal de disfrutar de un estilo de vida algo más relajado y mucho más comprometido con nuestro camino espiritual, de ser capaces de romper constantemente nuestros apegos con los bienes exteriores (la personalidad de nuestros seres amados y y de nuestros congéneres en general, los bienes materiales, los placeres y deseos no virtuosos, la vanidad, los problemas y preocupaciones) porque queremos ser mejores seres espirituales, es entonces que hemos logrado alcanzar una VOLUNTAD PURIFICADA. Es importante definir este término de purificación de la voluntad, porque hay personas muy voluntariosas para alcanzar sus metas materiales y personales, pero lamentablemente, como todo en la vida tiene un costo de oportunidad, lo tienen que hacer a costa de sus objetivos espirituales, lo cual para nada es virtuoso.

Y la VOCACIÓN ESPIRITUAL es esa fuerza poderosa, esa imperativa necesidad de realizarnos como seres espirituales, esa pasión por los bienes espirituales que son intangibles, esa determinación a tener un estilo de vida consecuente con un camino recto orientado por las virtudes y por la austeridad.

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