ORACIONES DEL CRISTIANISMO MÍSTICO

viernes, 8 de junio de 2012

El Espiritualismo Ético, el Dharma y la escatología esotérica


¿Cuál es mi Dharma o Propósito de la Vida? Utilizando conceptos básicos de la teoría de las organizaciones para explicar su esencia, dicho Dharma se compone de dos elementos primordiales: Una Misión, que consiste en la trascendencia de mi personalidad egoísta o de mi cuaternario inferior (así es como le llaman los esoteristas a la personalidad humana, la parte externa, cambiante, transitoria, que nace y muere), para así concretizar la Visión, la cual consiste en la unión con el Ser Supremo a través de mi Triada Superior (conformada por la mente superior inegoísta, el cuerpo intuicional y la Voluntad Pura) en un estadio existencial de plenitud.

Para hacer realidad mi Dharma, requiero de una Planificación Estratégica de carácter espiritual. Los principios filosóficos y de sabiduría antigua que sustentarán dicha planificación y que guiarán todos mis esfuerzos y acciones en procura del objetivo supremo -la Unión Divina- son los siguientes:

En primer lugar, como fundamento primordial, la ÉTICA UNIVERSAL ATEMPORAL PERENNE y sus valores, tal y como los enumera la Red de Ética Universal en su sitio web www.eticauniversal.net. Dichos valores son:­­­ Amor a la verdad y al conocimiento; la honestidad y la integridad personal; bondad y amor: la sensibilidad hacia la belleza; el respeto por el medio ambiente y la vida en general; sentido de la vida y transcendencia espiritual; sentido de la justicia asentado en un gran humanismo; responsabilidad y sentido del deber; fraternidad universal; tolerancia activa; compromiso social. 

La ética universal atemporal es el cuerpo mayor y principal alrededor del cual giran los demás cuerpos o elementos que interactúan con el mismo en forma similar  a un sistema planetario. Dichos elementos son los siguientes:
-Las diferentes corrientes de la ética derivadas de la filosofía antigua de Grecia: Ascetismo, Estoicismo, Ataraxia, Apatía, etc.
-La filosofía medieval: El libre albedrío de San Agustín (Ley Eterna).  El ente y la esencia de Santo Tomás de Aquino (Metafísica y ontología).
-Metafísica y ontología: La espiritualidad del alma humana.
-El Esoterismo u ocultismo, principalmente en lo relativo a la psicología esotérica, la iniciación, el cuaternario y la Triada Superior. Obras clásicas como “A los pies del maestro” y “La voz del silencio”.
-Escatología Cristiana: El juicio final particular, individual. La coherencia de Dios con los principios de la ética universal en dicho juicio.
-La Fe Trascendental es la fe al servicio del Yo Superior, es decir, al servicio de la mente inegoísta, del cuerpo intuicional y la Voluntad Espiritual. La fe primitiva u ordinaria, de escaso valor, es la fe que está al servicio del yo inferior (el cuerpo emocional y la mente egoísta, calculadora y deseosa).

Con base en la anterior descripción de mi Dharma, así como de los fundamentos filosóficos y de sabiduría antigua que sustentan la planificación estratégica que tengo que cumplir  para concretizar dicho propósito de mi vida,  entonces puedo establecer los siguientes principios en relación con mi VIDA INTERIOR:

*El éxito por el que yo lucho no pertenece a este mundo.
*Los principales objetivos y metas de mi plan de vida tampoco pertenecen a este mundo.
*El principal bienestar que yo obtengo en mi vida no proviene de este mundo.
*Los desafíos que llenan mi vida de pasión no pertenecen a este mundo.
*Mis principales bienes no son de este mundo.
*El reconocimiento por el que yo lucho tampoco pertenece a este mundo.

Uno de los principios de mi vida es “vivir en este mundo pero fuera de él”, con base en un paradigma de estilo de vida ascético, estoico, ataráxico y apático. En términos generales,  trato de vivir apartado del mundo sensorial, cómodo y placentero. “Vivir sin motivos ni deseos, sin emociones, desapasionado por lo mundano, sin el interés propio”. Nos encontramos dentro de un mundo orientado al trabajo remunerado, al consumo, al desarrollo material y pragmático, por eso es tan importante vivir en dicho mundo pero a la vez fuera de él, “para no ser meros títeres de nuestros impulsos”.

En este contexto de una planificación estratégica para alcanzar mi Dharma, la Muerte se presenta en mi vida como un maravilloso desafío que tengo que superar para acceder al éxito por el que tanto estoy luchando y que obviamente no pertenece a este mundo: El estadio existencial de plenitud y la Unión Divina. Una vez en dicho plano o estadio, tendré que enfrentar nuevos desafíos para que mi acercamiento con la Unión Divina sea cada vez más perfecto!