En el menú que se encuentra en
la cabecera de mi blog, he incluido una página llamada Oraciones del
Cristianismo Místico, en la que he incluido una oración inspirada en la
teología mística cristiana (que incluye la escolástica) y en la filosofía cristiana.
Para comprender en toda su
amplitud el contenido de dicha oración, es necesario tener algunas nociones
básicas de la teología mística cristiana y de la filosofía cristiana. Para tal
efecto, y anticipando que algunos lectores no cuentan con tales nociones, he
tomado de Wikipedia las definiciones y descripciones de dichos conceptos que
presento a continuación:
Teología mística cristiana
La Teología mística cristiana es
una de las ramas de la Teología
cristiana caracterizada por la búsqueda apofática de
una experiencia personal, unitiva y amorosa con Dios. También comprende el conjunto de
disciplinas ascéticas y meditativas encaminadas
a tal fin. También se la conoce como Teología
negativa.
La vía mística
En la explicación de la vía mística hay diferencias
entre los distintos autores que pueden atribuirse a la dispersión geográfica y
temporal de los místicos, la variedad personal de la experiencia mística y el
grado de formación teológico de los mismos. Para esta parte se sigue
fundamentalmente a San Juan de la Cruz, por ofrecer una de las exposiciones más completas y claras.
Tradicionalmente, la mística es un camino de tres
vías o etapas: la vía purgativa, la vía iluminativa y
la vía unitiva.
Vía purgativa
La vía purgativa consiste en la
purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para
limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz:
Hay que perder el gusto por el
apetito de las cosas.
El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero
sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide
orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos. El estado en que se sume la
memoria se llama esperanza.
Vía iluminativa
La vía iluminativa consiste en la elevación
del entendimiento hacia Dios, entendido como potencia del
alma. Una vez limpio el entendimiento de toda relación con las
criaturas, queda
vacío para entregarse a la sabiduría oscura o sabiduría secreta que se sabe sin necesidad de entender, experiencia que en la
mística se llama Fe.
Vía unitiva
La vía unitiva consiste en la purificación de
la voluntad, entendida como potencia del alma. En ella el alma
alcanza el grado más perfecto de la unión con Dios, ya que ha vaciado su propia
voluntad, lo más suyo para entregarla a Dios. Es el grado más perfecto de
la caridad.
Antropología
espiritual de la mística
La mística se basa en la idea de las tres potencias
del alma: memoria, entendimiento y voluntad.
Esta idea que ya se encuentra en Platón pasa al cristianismo donde es enriquecida,
relacionándola con las tres personas de la Trinidad. San Buenaventura en el Itinerario de la mente hacia Dios considera
la memoria como facultad imagen del Padre, el entendimiento como facultad imagen del Hijo y la voluntad como facultad imagen del Espíritu Santo.
Filosofía cristiana
La filosofía cristiana ha
planteado muchos problemas a lo largo de la historia del pensamiento.
Modernamente ha sido objeto de diversas interpretaciones y hay unos que niegan
rotundamente que tenga alguna validez y otros que declaran que es la única forma
posible de hacer genuina filosofía.[cita requerida]
Historia
Clemente
de Alejandría y Orígenes se convirtieron en los
fundadores de la filosofía cristiana. Ciertamente el término de filosofía cristiana ha planteado
muchos problemas a lo largo de la historia del pensamiento.
Períodos
de la filosofía cristiana
I.
Período antiguo o de iniciación (siglos I al IV)
- Padres
apostólicos (siglo I); pensadores cuya vida transcurrió en los tiempos
apostólicos. Destaca san Clemente
de Roma.
- Padres
de la Iglesia o patrística (siglos II y IV); Con la excepción de san Agustín
de Hipona (354–430),
no crearon un sistema filosófico completo. El pensamiento agustiniano
dominará toda la filosofía medieval hasta el siglo XIII, en que surgirá
Tomás de Aquino:
a)
Padres apologistas (siglo II); destacan san Justino y Tertuliano. Defendieron al Cristianismo de
los ataques paganos. Filosóficamente no tienen gran interés; en general, su
postura frente a la filosofía pagana es adversa;
b)
Escuela cristiana de Alejandría (siglos II y III); primeros intentos de
exposición sistemática del pensamiento cristiano en términos filosóficos.
Reivindicaron el cristianismo como la expresión más perfecta del pensamiento
filosófico. Tuvo como fin ilustrar y formar a los cristianos y atraer a los gentiles
a la fe cristiana. Destacan san Clemente
de Alejandría y Orígenes. Postura conciliadora respecto
de la filosofía;
c)
Los capadocios (siglo IV); en su enseñanza cristiana manejan todo el
instrumental de la filosofía griega. Destacan san Basilio, san
Gregorio Nacianceno y san
Gregorio de Nisa,
originarios de Cesarea de Capadocia.
II.
Período de transición (siglos V al VIII)
Pseudo Dionisio: personaje anónimo, probablemente
del siglo V; gozará de gran prestigio entre los escritores cristianos de los
siglos VI y VII.
- Boecio (hacia 480–525);
traduce y comenta algunos libros del Organon aristotélico;
el conocimiento que se tiene de Aristóteles en la Edad Media hasta el
siglo XI se debe, fundamentalmente, a su aportación personal.
- Beda
el Venerable (siglos
VI–VII).
- San
Isidoro de Sevilla (siglos
VI–VII), quien funda una escuela para la formación del clero que actúa
como foco de cultura para toda España; escribe las Etimológicas,
obra de carácter enciclopédico muy consultada en la Edad Media.
III.
Escolástica (siglos IX al XIV)
- Período
de formación (siglos IX al XI); el renacimiento carolingio: hacia el
año 800, Carlomagno funda una academia
para la formación de los gobernantes que da lugar a un importante período
de desarrollo cultural en el siglo IX:
Juan
Escoto Erígena (primera
mitad del siglo IX);
San Anselmo (1033–1109); importante
filósofo, en particular por su «argumento
ontológico» para
la demostración de la existencia de Dios.
- Período
de desarrollo (siglo XII). El problema fundamental más tratado fue el de
los universales:
- Período
de apogeo (siglo XIII):
a)
Aristotelismo cristiano: recuperación del pensamiento aristotélico.
Destacan san
Alberto Magno (1206–1280)
y santo
Tomás de Aquino (1224–1274);
b)
Filosofía del franciscanismo: vuelta al agustinismo y platonismo.
Destacan san
Buenaventura (1221–1274)
y Duns
Scoto (1266–1308).
- Decadencia
(siglos XIV y XV):
Guillermo
de Ockham (1290–1349).
IV.
Ilustración (siglos XVIII y XIX)
- Emanuel
Swedenborg (Estocolmo,
1688 – Londres, 1772).
- Søren
Kierkegaard (1813-1855).
- Fernando
de Castro y Pajares (1814–1874).
La
época alrededor de 1800 significa una pausa
histórica, no sólo en la historia europea en general —desde la Revolución
francesa,
pasando por las guerras napoleónicas, hasta el Congreso de Viena y la Restauración—, sino en
particular también en la historia de la cultura: es un fin y un nuevo comienzo.
La filosofía cristiana (católica) en su forma tradicional parece superada y
casi totalmente barrida por los seguidores del filósofo racionalista
(católico) René Descartes que, intentando demostrar
que la verdad existe en un mundo que se volvía escéptico, dejó de lado la fe y
los sentimientos, marcando toda la filosofía moderna y contemporánea a favor o
contra del racionalismo, así surgen: la Ilustración, el pastor cristiano pero
no católico Immanuel
Kant, el idealismo y el positivismo (hiper-racional o
cientificista). Está como sumergida en un vacío intelectual y tiene que empezar
de nuevo a encontrar su conexión con la vida cultural de la época. En esta
situación se produce un nuevo despegue de orientaciones y enfoques
metodológicos, adecuados a los hechos, en el pensamiento cristiano.
Escolástica
La escolástica (del latín scholasticus,
y éste a su vez del griego σχολαστικός
[aquel que pertenece a la escuela]) es una corriente teológica y filosófica que
utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica
para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
La escolástica fue la corriente
teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval,
tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó
en la coordinación entre fe y razón,
que en cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la
fe (Philosophia ancilla
theologiae -la filosofía es sierva de la teología-).
Dominó en las escuelas catedralicias y en
los estudios generales que dieron lugar a las universidades medievales europeas, en
especial entre mediados del siglo XI y mediados del XV.
Su formación fue, sin embargo,
heterogénea, ya que acogió en su seno corrientes filosóficas no sólo
grecolatinas, sino también árabes y judaicas.
Esto causó en este movimiento una fundamental preocupación por consolidar y
crear grandes sistemas sin contradicción interna que asimilasen toda la
tradición filosófica antigua. Por otra parte, se ha señalado en la escolástica
una excesiva dependencia del argumento de autoridad y el
abandono de las ciencias y el empirismo.
Pero la Escolástica también es
un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debía
someterse al principio de autoridad, y la enseñanza se podía limitar en
principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia (principal
fuente de conocimiento). A pesar de todo ello, la escolástica incentivó la
especulación y el razonamiento, pues suponía someterse a un rígido armazón
lógico y una estructura esquemática del discurso que debía exponerse a
refutaciones y preparar defensas.
Evolución
Ideológicamente
la escolástica evolucionó en tres fases, a partir de la inicial identificación
entre razón y fe, ya que para los religiosos el
mismo Dios es la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad es uno de sus principales
atributos, de forma que Dios no podía contradecirse en estos dos caminos a la
verdad y, en última instancia, si había algún conflicto, la fe debía prevalecer siempre
sobre la razón, así como la teología sobre la filosofía.
De
ahí se pasó a una segunda fase en que existía la conciencia de que la razón y
la fe tenían sólo una zona en común.
Por
último, ya a fines del siglo XIII y comienzos del siglo XIV, en una tercera
fase, la separación y divorcio entre razón y fe fueron mayores, así como entre
filosofía y teología.
Fuente: Wikipedia.
De
todos los autores que pertenecen ya sea a la filosofía o a la teología mística
cristianas, los que más han influido en mi pensamiento y en mi oración mística
son los siguientes: San Agustín de Hipona (El libre albedrío), Santo Tomás de
Aquino (El ente y la esencia), Eckhart, San Juan de la Cruz, San Francisco de
Sales y Santa Teresa, entre otros.