De acuerdo con el diccionario que tengo en mis manos,
escatología es el conjunto de creencias y doctrinas relacionadas con el destino
último del hombre y del universo. Normalmente es considerada una rama de la
teología cristiana, sin embargo puede aplicarse a cualquier religión o doctrina
relacionada con la trascendencia del plano material al plano espiritual. Así
por ejemplo, cuando pensamos en la salvación o en la vida eterna (religión
cristiana) y en la reencarnación (religión y/o sabiduría oriental), estamos
entrando en el campo de la escatología.
En la religión cristiana, la salvación se logra básicamente
a través de la fe (la aceptación de Jesús como el hijo de Dios que encarnó en
hombre para salvar al mundo). Pero de acuerdo con la Sabiduría Universal, la fe
por sí sola no es suficiente para tener acceso a la Unión Divina (supervivencia
espiritual, vida eterna, salvación), sino que además es imperativo el conocimiento de los principios de dicha sabiduría y su respectivo
aprovechamiento, de tal manera que la persona pueda liberarse del deseo y de la
materia a través de una voluntad clarificada y comprometida con el
perfeccionamiento del Yo Superior.
Dicho conocimiento podemos llamarlo "gnosis" o Fe
Trascendetal. La Fe Trascendental es la fe al servicio de la voluntad
espiritual (Atma) y de la inteligencia inegoísta (Manas). Por el contrario, la
fe mundana u ordinaria, es la fe al servicio de la personalidad egoísta y de la
mente calculadora.
Desde el punto de vista de la sabiduría universal y su
conocimiento ancestral acerca de la naturaleza septenaria del ser humano y de
la naturaleza transitoria de las cosas, una sola vida no es suficiente para lograr la
evolución espiritual requerida para aspirar a la Unión Divina, ya que la
dependencia con las pasiones, con los deseos, con las emociones fuertes y con
los motivos materiales-personales es extremadamente poderosa, y representa una
fuerza incontenible que se apodera de nuestra personalidad desde la niñez. Por
esta razón, en la sabiduría universal se considera que la reencarnación es una
de las posibles formas que existen para prolongar el tiempo y el espacio
requeridos para dicha evolución espiritual.
Sin embargo, existen otras opciones escatológicas que pueden
deducirse de los grandes principios de
la sabiduría universal, como por ejemplo, la evolución del alma separada del
cuerpo en estadios existenciales carenciales, en los que las almas -aún
dominadas por su inteligencia egoísta y calculadora- experimentarán
determinados grados de precariedad existencial que eventualmente les permitirá
adquirir el suficiente grado de evolución para aspirar a la Unión Divina (que
es el estadio existencial de plenitud).
Si estamos
totalmente de acuerdo, que en una eventual vida eterna o supervivencia
espiritual, por definición no existirán las necesidades de ningún tipo, ni el
deseo, ni los apegos con los bienes exteriores, ni los motivos, ni las
emociones ni los placeres, ¿no te parece lo más lógico y coherente, que en esta
vida terrenal efímera conformada a partir de espejismos y de cosas ilusorias
(desde el punto de vista temporal, espacial y de la naturaleza del átomo, todos
los bienes exteriores o bienes materiales-personales son virtualmente
inexistentes), debemos practicar un estilo de vida lo más cercano posible a ese
estadio existencial de plenitud que nos aguarda? ¿No será más bien una
condición indispensable para tener derecho a la Unión Divina y para eludir el
estadio existencial carencial?