ORACIONES DEL CRISTIANISMO MÍSTICO

domingo, 12 de junio de 2011

El perfeccionamiento espiritual tiene su santo grial

En la entrada anterior me referí al concepto de la LIBERTAD ABSOLUTA, el  estado mental más gratificante que existe para el alma. Alcanzar ese estado no solo es muy meritorio, sino también necesario, para el desarrollo de las facultades espirituales y para la salud del ser humano en general. Para lograrlo, es necesario practicar la meditación. No es un bien que uno puede obtener en cualquier momento con solo proponérselo, sino que es imprescindible un proceso previo de trabajo mental mediante la meditación

Cuando hablamos de perfeccionamiento espiritual, o de adelanto, desempeño o desenvolvimiento espiritual, todo el mundo "se apunta", nadie quiere quedar excluido, resulta que entonces todas las personas tienen su vida espiritual privada, muy pocos aceptarían reconocer que son presos del régimen de enriquecimiento material. Es muy atractivo e interesante hablar o mencionar términos como "perfeccionamiento espiritual", el cual puede tener el significado más conveniente para cada individuo. Si yo le pregunto al esposo de mi sobrina, quien es predicador del canal de cable Enlace (canal religioso pentecostal de la corriente de la teología de la prosperidad y la sanidad) si considera que ha logrado un cierto nivel de desarrollo o perfeccionamiento espiritual, me contestará que sí, por supuesto. Yo le respetaré su parecer, pero antes de contestar esa pregunta, hay que definir lo que significa Perfeccionamiento Espiritual, desde el punto de vista de la sabiduría antigua, del esoterismo clásico y de la ética, y no desde la óptica de las doctrinas basadas en la revelación y en los dogmas.

Vamos a intentarlo: El máximo y supremo objetivo del hombre es su Perfeccionamiento Espiritual, el cual se logra cuando somos capaces de desprendernos del interés propio (los intereses de nuestra personalidad egoísta), de tal forma que a su vez, somos capaces  de vivir sin motivos, experimentando  una paz y un regocijo interiores enormes, sin requerir de fines ni de medios para nada. En ese momento somos tan virtuosos y éticos que podemos vivir sin esperar nada, con una enorme claridad interior. En ese momento también, hemos alcanzado la Libertad Absoluta, máxima aspiración del desempeño espiritual. Sintetizando entonces, el Perfeccionamiento Espiritual, para que sea auténtico, legítimo, debe conducirnos a un estado mental de Libertad Absoluta, y para llegar a dicho estado, tenemos que echar mano de lo vamos a conocer en adelante como el Santo Grial de la Espiritualidad: el Principio de la Incondicionalidad, es decir, la capacidad de experimentar una paz y una satisfacción enormes, prescindiendo para ello de todo tipo de condicionamiento externo.

En mi caso particular, yo paso muy condicionado por una situación económica relativamente precaria, y por la aspiración de mejorar mis ingresos, pero logro contener esa situación cada vez que aplico dicho Principio de la Incondicionalidad  a través de la meditación.