ORACIONES DEL CRISTIANISMO MÍSTICO

sábado, 16 de julio de 2011

Desahogo Equilibrista

Es increíble que a pesar de que este mundo está lleno de condicionamientos exteriores, a pesar de que somos reincidentes en el delito de tratar de llenar nuestras vidas con bienes materiales y personales, lo esencial y sustancial no ha cambiado y nunca lo hará: nuestra vida interior es infinitamente más importante que nuestra vida exterior y la verdadera felicidad, la que es sólida porque no depende de los apegos con los bienes exteriores (apegos con la personalidad de nuestros seres amados y congéneres en general;  con los  bienes materiales; con los placeres y deseos no virtuosos; con la vanidad; con los problemas y las preocupaciones) es la felicidad que alcanzamos cuando a su vez, somos capaces de acariciar la LIBERTAD ABSOLUTA, que es la posibilidad de experimentar un gran gozo y un enorme bienestar sin necesidad de hacer valer nuestros apegos y ataduras, sin necesidad de tener motivos, es decir, cuando somos pura VIDA INTERIOR iluminada, plena, totalmente ocupada por nuestro espíritu.

El costo de oportunidad de mi superación ascética-espiritual es tener un nivel de superación material-personal modesto, discreto, conservador, es tener una vida exterior Rutinaria, Ordinaria y Austera (vida tipo ROA). Y como simple mortal que soy, a pesar de ser un equilibrista espiritual, esa vida tipo ROA en ocasiones se convierte en una especie de lastre que me provoca depresión, frustración y pesadumbre. En este momento me siento así, y por eso estoy haciendo esta nueva entrada, para dejar testimonio de mis debilidades pero también de mis fortalezas, porque rápidamente reacciono y atino a que a que mi vida exterior es una pequeña y humilde choza construida con materiales vegetales, y en cambio, mi vida interior es un gigantesco palacio con paredes de mármol y torres de 50 metros de altura, lleno de espectaculares jardines.El SECRETO no es la tan publicitada ley de la atracción utilizada por los manipuladores mediáticos para idiotizar a los televidentes incautos, sino la LIBERTAD ABSOLUTA y el PRINCIPIO DE LA INCONDICIONALIDAD.