Soy un supervivencialista extremo pero de tipo espiritual, por eso lucho día tras día contra los deseos, las emociones, los motivos y contra todo tipo de apego con los bienes exteriores (dichos apegos son: con el yo inferior de mis seres amados y congéneres en general, con los placeres no virtuosos, con los bienes materiales y personales en general, con los problemas y las preocupaciones, y finalmente, con la vanidad). Cuanto más desarrollada sea mi Vida Interior, cuanto más libre me encuentre yo de condicionamientos, más y mejor preparado estaré para encarar mi destino escatológico, o lo que me ocurra después de morir.
Yo
jamás confiaría mi destino escatológico a lo que prescriben las religiones
monoteístas a través de sus dogmas. Durante muchos años he estudiado la
Sabiduría Antigua (filosofía griega, esoterismo clásico, ética universal) y la
Filosofía de la Espiritualidad del alma, que son manantiales de conocimiento
libres de dogmas, y a la vez, tan sustanciales e imprescindibles, que le han
dado a las religiones el sustrato ético y conceptual para sus libros sagrados.
Gracias
al estudio de la sabiduría, de la ética
universal y de la filosofía, logré convertirme inicialmente en un hombre de fe
independiente. Y luego de madurar por muchos años, en un hombre de fe
trascendental (es decir, la fe que está al servicio de mi voluntad espiritual,
y no al servicio de mi personalidad egoísta calculadora). Ahora el paso
siguiente que estoy dando, es transformarme en un supervivencialista extremo
espiritual. Y cuando digo extremo, me
refiero a que luego de cumplir de la mejor manera posible con mi
superación ascética-espiritual y con mi superación material-personal (en mi
esfuerzo por alcanzar todos mis objetivos y siguiendo estrictamente dicho
orden), debo practicar el arte de despreciar y de ser indiferente ante los motivos, deseos y emociones de mi
personalidad, y ante los bienes exteriores que usualmente llenan y le dan
sentido a las vidas de las personas comunes.
Los
preppers o supervivencialistas extremos que se preparan para enfrentar
exitosamente un evento catastrófico de alcance mundial, y de origen político,
ideológico, económico, biológico, ambiental o natural, se toman muy en serio el
tema de la supervivencia. Por ejemplo, almacenan alimentos y semillas,
adquieren vestimenta, contenedores apropiados y artefactos que purifican agua,
establecen planes estratégicos, tienen varias armas de fuego y se adiestran en
su uso, aprenden defensa personal, se mantienen en una condición física
aceptable, etc. En resumen, invierten tiempo, dinero y esfuerzo con el fin de
estar preparados en caso de que suceda un evento catastrófico mayor que podría concretizarse
en los próximos 10 o 20 años quizás. Yo particularmente, le apuesto a un
desastre ambiental provocado por el calentamiento global y el cambio climático,
pero a un plazo mucho más largo, por lo menos hasta dentro de 50 años. Los
preppers vislumbran diferentes tipos de amenazas a un plazo mucho más corto de
tiempo, pero perfectamente podrían equivocarse. En cambio, la muerte es un
hecho absolutamente cierto e inevitable. Por más pequeños que se fabriquen los
chips, por más que avance la nanotecnología, por más que se industrialice la
órbita terrestre, la muerte seguirá
siendo una condición humana insalvable e imprevisible en cuanto al momento
exacto de ocurrencia.
¿Cuándo
podría morir? ¡Hoy! ¿Cuándo debería prepararme para mi destino escatológico?
¡Hoy! ¿Y cómo y por qué debo prepararme? Primero responderé al ¿Cómo?: Siendo
el hombre más ambicioso de la historia de toda la humanidad, al aspirar a
despreciar los deseos, las emociones, los motivos, los apegos con los bienes
exteriores, desarrollando un blindaje espiritual contra todos esos elementos
del mundo de ilusión e ignorancia, que es el mundo conocido por el gran rebaño
de ovejas domesticadas (todos los millonarios y millonarias que salen en las
listas de Fortune y que son extremadamente exitosos y ambiciosos, no son más que
ovejas domesticas del rebaño). Semejante ambición es la que me brinda la
calidad de supervivencialista espiritual extremo, porque debo arrancarme todos
esos condicionamientos, todas esas cadenas y vivir feliz sin todos esos
elementos que son los que le dan sentido y razón de ser a las vidas de las
ovejas domesticadas espiritualmente. ¿Cuál es la felicidad que no está condicionada
por los elementos del mundo de ilusión e ignorancia? ¡La felicidad espiritual!
Que es aquella que experimento al ser consciente de que me he liberado de los
deseos, las emociones y de los motivos y que por lo tanto ya no soy un
cavernícola espiritual y en consecuencia, podré acceder a la Unión Divina
(porque soy un profesional del Espiritualismo Ético o de la Auto Trascendencia).
Ahora
sigo con la respuesta al ¿Por qué debo prepararme? Porque podemos morir en
cualquier momento y de 900 manera diferentes, y si al momento de morir, somos
unos mediocres primitivos espirituales que sufrimos a causa de los deseos
insatisfechos, de la ausencia de emociones fuertes, de la escasez de motivos de
tipo material, entonces, con base en la doctrina esotérica o sabiduría antigua,
con base en la ética universal atemporal, con base en la pansofía, con base en
el principio del Perfecto Orden Divino de San Agustín de Hipona, con base en la
planificación estratégica espiritual y el trabajo planificado y dedicado como
medio para alcanzar objetivos, con base en el criterio de los méritos
individuales, etc., no podremos trascender hacia la Unión Divina y su estadio
existencial de plenitud, sino que contrario a nuestros deseos, iremos a un
estadio existencial carencial, donde cada alma enfrentará diferentes grados de
precariedad.
En
síntesis, los supervivencialistas espirituales extremos nos caracterizamos por
NO SER primitivos espirituales. Por no ser hombres y mujeres tan
mediocres, tan mezquinos, tan ordinarios, tan ciegos, que no son capaces de
reconocer los elementos del mundo de ilusión e ignorancia. Por no ser
tan cándidos en relación con el destino escatológico de cada quien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario